Ica y la Reserva Nacional de Paracas (última parte)
Islas Ballestas y la Reserva nacional de Paracas

Llegando a las Islas Ballestas
Categoría: Viajes familiares
La Reserva nacional de Paracas es un increíble ecosistema formado por una inmensa biodiversidad marina y una belleza paisajística inigualable.
Muelle el ChacoAl día siguiente salimos de Ica temprano rumbo a nuestro segundo destino: La reserva nacional de Paracas. Era lunes y felizmente el tráfico no es como en Lima, todo el recorrido estuvo libre. Llegamos a Paracas y nos dirigimos al muelle "el Chaco" desde donde salen las embarcaciones hacia las islas Ballestas. Cerca al muelle existen varias agencias que te ofrecen los tours, después de regatear y acordar el precio para el recorrido a Ballestas ingresamos al muelle para abordar nuestra embarcación. Aquí se debe realizar el pago por concepto de entrada a las islas y por el uso del embarcadero.
Tardamos 30 minutos en recorrer los 25 Km desde la bahía de Paracas. En el trayecto se puede apreciar al famoso candelabro, formaciones rocosas y la biodiversidad de fauna como lobos marinos, pingüinos de Humboldt, aves guaneras, etc. Nuestra guía en la embarcación fue la Srta. Mónica, quien nos explicó detalladamente como se realiza la extracción del guano de las islas y sobre las especies silvestres que son nativas de la zona y las que están de paso. El tour duró cerca de 90 minutos.

El candelabro (geoglifo ubicado en la Reserva Nacional de Paracas, solo se puede ver desde el mar)
Regresando al muelle aprovechamos para almorzar, en toda la zona hay restaurantes y evidentemente la gran mayoría son cevicherías.
Playa la MinaDespués de almorzar, enrumbamos hacia la reserva nacional de Paracas, se puede ir en auto o contratando algún tour. Salimos a la carretera y aproximadamente a 5 kilómetros encontramos la entrada a la reserva, un puesto de control que funciona como peaje en donde se paga la entrada por persona. Más allá se encuentra el desvió hacia la zona turística, en este punto la vía ya no está asfaltada. Unos kilómetros más adelante llegamos a la altura de la "playa roja", donde la vía prácticamente desaparece. A partir de aquí hay que continuar bordeando el litoral siguiendo las marcar de vehículos en la tierra, es un tramo un poco difícil pero vale la pena porque la vista de la reserva es espectacular y te obliga a realizar varias paradas para admirar el paisaje. 5 kilómetros más adelante llegamos a nuestro destino final: la playa "la mina", donde bajamos para refrescarnos en sus aguas. Esta playa prácticamente carece de olas.
Aquí finalizó esta experiencia. Si deseas tener más información acerca alojamientos y lugares para comer relacionados con este viaje, has click en los enlaces o visita nuestras secciones correspondientes.